El Convenio 190, que fue adoptado por la Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo en Ginebra el 21 de junio de 2019, y que establece normas sobre la eliminación de la violencia y el acoso laboral, está cerca de convertirse en ley de la República.
Recientemente, la Asamblea Nacional aprobó, en tercer debate, el proyecto de ley 672, que reconoce que la violencia y el acoso en el mundo del trabajo pueden componer una violación o un abuso de los derechos humanos, constituyéndose en una amenaza para la igualdad de oportunidades. Además, reconoce la importancia de una cultura del trabajo basada en el respeto mutuo y la dignidad del ser humano, para prevenir la violencia y el acoso.
Del proyecto se desprende que las conductas que se enmarcan como violentas y de acoso, afectan la salud física y mental de las personas, así como su dignidad, y alcanzan incluso su entorno familiar y social. Estas consecuencias negativas del acoso y la violencia en el centro de trabajo inciden directamente en la calidad del servicio que presta una persona o grupo de personas, impidiéndoles -en particular a las mujeres- acceder a puestos de trabajo, permanecer en ellos, o bien, escalar profesionalmente.
Los ambientes de trabajo con proliferación de conductas violentas y de acoso hacen mella en la sostenibilidad de las empresas y sus operaciones, afectan negativamente la calidad de los servicios de que se trate, perjudican las relaciones laborales e interpersonales de las víctimas, desmotiva el compromiso y la productividad y, finalmente, afecta la reputación de las empresas.
El Convenio 190 especifica que el acoso, por razón de género, altera de manera desproporcionada a las mujeres y las niñas, y reconoce también la adopción de un enfoque inclusivo e integrado que tenga en cuenta las consideraciones de género, además de abordar las causas subyacentes y los factores de riesgo, entre ellos los estereotipos.
Con este nuevo paso, Panamá refuerza su compendio de normas jurídicas que buscan promover ambientes de trabajo libres de acoso, discriminación y violencia, especialmente protegiendo el trabajo de las mujeres, su participación y desarrollo, así como la igualdad de género.
De convertirse en ley, sería muy oportuno para las empresas revisar las regulaciones con que cuenten y que tengan como objetivo erradicar la violencia y el acoso en los ambientes de trabajo, o -¿por qué no?- crear nuevas y mejores políticas, enfocadas en promover y garantizar ambientes de trabajo tanto sanos como equitativos.
En BDS ASESORES Panamá estamos anuentes a guiarle en la implementación de políticas y regulaciones internas, acordes con los criterios y exigencias de las autoridades laborales, en cumplimiento con las normas locales.
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